Recuerdo el año pasado, más o menos para esta fecha, especulando mal con
una -entonces nos parecía imposible- victoria electoral de MM, la desazón en el
rostro de alguna compañera, puchereando para contener el llanto, y argumentando
que el retroceso sería brutal... No sólo en lo (ya comprobado) económico,
social y político, sino también y sobre todo en lo cultural...
Teniendo en cuenta que lo cultural no es lo artístico, aunque lo
contenga, ni lo ideológico, aunque lo contenga... la afirmación de entonces
hacía referencia a un supuesto avance en la conciencia nacional.
(Porque nosotros somos así, "nos gustan las grandes frases"
-como nos acusa el cachaciento de Mario Negri- y tenemos la porfía de entender
lo cultural desde la pertenencia nacional. Otros tantos pelotudos, algunos
dizques compañeros, nos tratarán también de fachos, pero bueno... No hay
paréntesis que contenga el plasma de la estupidez universal, así que lo cierro
acá).
Supuesto avance, decía pues con el lapidario y funesto diario del lunes
y la consecuente victoria electoral de la oligarquía antinacional, no nos quedó
otra que calificarlos de esa manera: al avance de supuesto y al supuesto de
avance. Dado que “suponer” por parte nuestra por ahí más bien atrasa
No obstante, asimilando el golpe, no hemos salido a matar al engañado,
aunque ganas no faltaran, ni al entregador nato, aunque sobren las ganas. Por
el contrario, hemos tratado de entender, que siempre es la tarea más jodida. Ante
la provocación sistemática, el cinismo y la más impune hipocresía, hemos
tratado y seguimos tratando de entender. Criticar, critica cualquiera. Entender
es la tarea para los que sentimos distintos grados de responsabilidad para con
los destinos de la Patria (¡en tu jeta Negri!) y sobre todo con la suerte de
muchos compatriotas en condiciones desfavorables. Entender y re-organizarse.
En eso -se supone que- estamos. Ahora permítaseme una observación para
con los que de uno y otro lado de la grieta reclaman por plazos urgentes y
perentorios y además por la “falta de conducción”. Latiguillo este que debe
haber acuñado Mañeto, dado el daño -potencial
y concreto- funcional y tendiente a la disgregación en el campo popular. Porque para ellos, la tarea es, al contrario
de lo que propone el célebre estribillo de Fito Paéz: dividir.
Una cosa es no salir a echar en cara – a los del otro lado de la grieta–
la irresponsabilidad cívica, la inmensa cagada, de haber votado
mayoritariamente a estos saqueadores y entregadores, y otra es que encima ahora
nos tengamos que bancar el “apuro” que les agarró. Es la democracia ¡estúpidos!…
Ahora se lo fuman… Nos lo fumamos. Pagamos todos, las consecuencias de este
cataclismo devastador. Y seguiremos pagándolo vaya a saber por cuánto tiempo
más. Entonces, chicas y muchachos, aprovechen para tratar de entender alguito,
y abandonen de una buena vez esa miserable actitud de “yo no fui” de “¡uh! ¿y
ahora?”. No hay chapulines colorados, los reyes magos son los padres y el “segundo
semestre” es una burda superstición generada en los sótanos de la citi. No es culpa de la política, ni
siquiera de los políticos, es culpa de que ustedes no entienden una mierda de
política ni quieren entender. Así, siempre serán un lastre.
Y para los de este lado de la grieta, humildemente estas (auto)
recomendaciones: activemos en las bases, organicemos… apoyemos y demandemos
fidelidad a la causa de la liberación, no naturalicemos el “oficio de político”,
que los que “trabajan de compañeros” se las tomen a casita, y no nos comamos
todas las operetas que produce el comando mediático…
Fajémonos y aguantemos, que va a empeorar. Y vamos que volvemos
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