miércoles, 7 de diciembre de 2011

Recuerdo de la CANCIÓN SOCIAL

Imagen del Festival de la Canción Social, realizado en el ECUNHI, en Marzo de 2009. Gracias a los compañeros de Arte Militante con Cristina, que me activaron el grato recuerdo

jueves, 17 de noviembre de 2011

A cada cantor su PAISAJE

Nos juntamos en el barrio porteño de San Telmo a escuchar y vivenciar imágenes sonoras que pintan el paisaje de nuestro país. En esta oportunidad contamos con el aporte artístico de Pedro Conde y su impronta porteña, y Angeles Asensio y Freddy Vidal de Mendoza, con cuecas y tonadas para armar el recomponealmas del mapa propio del espiritu nacional. Es un apronte para el ciclo pensado para el año que viene, doblemente necesario porque la militancia -sobre todo la que se incorpora en estos tiempos- precisa del contacto con el paisaje simbólico del arte popular de este país y porque el arte popular de este país demanda ser "militado". 

Los esperamos. La entrada es popular (10 mangos), hay empanadas y bebestibles varios.

sábado, 15 de octubre de 2011

Artistas y CAYADOS *

La expresión hace al artista. La posibilidad (también la garantía) de expresarse se procura afuera. Adentro bulle la cosa, bate el parche su múltiple tensión… Si la expresión no le vence o mata porque no puede salir, si se le deja brotar, en fin, hacerse, ser… entonces sintetiza. Es decir, expresa a otros… 
La voz cantante, la palabra que nutre el verso, el color del trazo… como el instrumento que tiene sus partes, su caja de resonancia y sus mecanismos, o como el pintor la tela y ésta su bastidor, así la expresión precisa de sus puntos de apoyo, de sus soportes… No hablando de los propios mecanismos psicológicos y los resguardos socio-ideológicos que cada ser humano detenta en mayor o menor medida, y donde se apoya la visión creadora de cada cual, sino en referencia a esos seres, que por su rol, temperamento y/o “estrella” les toca en suerte contener, soportar, apoyar y sostener al artista.
Los que están “al lado”, los cayados de la expresión…
De esto charlamos con la Pinty Saba en un café de Buenos Aires, después de diez años, en un reencuentro que releva recorridos y cambios y orfandades… Y a causa de la orfandad que ahora compartimos, es que ha surgido el tema y la imagen del bastón o del cayado…
Tal como me pierdo en un fárrago de palabras, conceptos y anécdotas cuando hablo de mi vieja, tratando de describirla a quien no la conoció, igualmente me resulta imposible sintetizar lo que implica su falta… La idea de un pastor (de coplas) sin cayado… con la tropilla (de versos) en franca desbandada me resulta acertada, es la figura que dice la Pinty: “Uno queda boyando, todo lo conmueve pero falta el sostén desde donde se ordenaba… se defendía”… Y me da unos cuantos ejemplos con nombre y apellido de artistas que se han sostenido en sus respectivos/as parejas u otros allegados… Yo también recuerdo seres admirados que se apuntalaban en sus abnegados afectos, que no sólo no pude admirar, sino tampoco apreciar con justicia.
El cayado no tiene descanso, no es la mítica figura de la musa, no está para inspirar. Está para resonar, para atender, para ocuparse de lo cotidiano, desde lo más elemental hasta vaya a saber que secreta combinación de gestos y rituales que de un modo absolutamente  íntimo y anónimo proveen oxigeno y carnadura a “la obra”, que de otro modo no sería tal. El mundo del arte en todas sus expresiones tiene una deuda poco (o nada) reconocida con estos seres sin los cuales el genio no se hubiese manifestado en su esplendor, y los diversos y relativos talentos tal vez no hubieran conseguido la oportunidad de manifestarse tal como los conocemos. Mientras la sensibilidad se nutre, la técnica se pule y consolida, la teoría se espesa… alguien lava la ropa, cambia pañales, busca alquileres; algunos van al banco, manejan el auto, sacan la basura, atienden el teléfono… Hacen lo que tiene que ser hecho para que lo anterior suceda… Y además, por ser lo que son –un afecto cercano- les cabe la responsabilidad de que el artista pueda, a pesar de sus “alas”, caminar en tierra y sobrevivir a su tiempo y su sociedad (evocando aquella comparación de Baudelaire entre el poeta y el Albatros).

Indistintamente destinados al olvido o a una relativa gloria compartida (según el momento de la muerte propia y de “su” artista), lo cierto es que no resultan visibles hasta que es indisimulable su existencia. Muchos terminan y terminarán como un palo abandonado, apoyado en un rincón oscuro; otros –los menos- devendrán albaceas de “la obra” como María Kodama que fue los ojos y la voz lectora de Borges durante tanto tiempo…
Y ya que digo Borges, en una reunión de amigos me convidan la siguiente anécdota (tal vez no es verídica, pero merece serlo): Borges está parado en la vereda, esperando la asistencia de alguien que lo ayude a cruzar la calle. Un codo y una voz lo tocan en el brazo: “¿Cruzamos?” Crucemos -contesta Borges- y a los dos o tres pasos se sorprende por la cantidad de bocinazos y chirridos de frenos… Rápidamente deduce que el que le tocó el brazo en la esquina es ciego también. Arriban tensos pero ilesos a la otra vereda, la voz le pregunta por el escándalo de los automóviles y él, comprensivo y contenedor, contesta con una evasiva para no inquietarlo aún más con el peligro que acaban de compartir involuntariamente…
Bue’… así se me hace que andamos los sensibles sin cayado, como atravesando el tránsito a ciegas, entre bocinazos y chirridos… No porque nos sobre algo como talento o algún don especial, sino porque nos faltan esas personas que posibilitaron el desarrollo sensible -en más de un caso como prolongación de su propia sensibilidad- y en las que nos acostumbramos a apoyarnos y resonar, a contenernos y madurar… 
Y sin las que cuesta tanto seguir andando, o cantando, o escribiendo algo tan sencillo como este saludo/homenaje a todas las madres del país, primer cayado de todos los argentinos y argentinas… 

* Un cayado es un bastón con el mango curvo utilizado tradicionalmente por los pastores

martes, 20 de septiembre de 2011

A cada cantor su paisaje - CRÍTICA MANCUSIANA



El viernes festejé mi cumpleaños entre amigos, algunos viejos queridos y otros nuevos queribles desconocidos, zambullido en poesías telúricas de las buenas y melodías exquisitas, como las empanadas y el vino de Bukowski Baires Bar, con el único humo no tóxico que acaricia el alma, el de los recuerdos.

Al flaco Hugo Fernández Panconi lo disfruto desde que lo decubrí en sus caravanas con Sergio Lobo, en la Ronda de la Canción Social, allá por 2009. Viene de los pagos de Mendoza, pero no tiene nada que ver con Julio César Cleto Cobos, sólo comparten la simpatía
provinciana.

El más gurrumín se llama Fernando Basanta Finn, es cantautor, luthier y croto de Pergamino, que cabalga en dos patas y pedalea la pampa húmeda entre fogones y glifosato.
De Montevideo o por ahi, se vino Daniel Mendoza que evoca las milongas de los maestros charruas: Zitarroza, Rodriguez Castillo, Viglieti, y otros por el estilo.

De la ciudad de Buenos Aires y sus casi 100 barrios, se presentó Pedro Conde que entre el camino de la guita y el de la gloria un día agarró pal lado de Pilar.

Los cuatro rompieron la monótona enajenación en la que vivimos a diario, esa que va de la estupidez mediatizada a la tilinguería de a pie que pulula en los barrios. Pusieron una cuota de arte en la contaminada cotidianidad ciudadana, y todos nos sorprendimos cantando, marcando el ritmo en las mesas, con las palmas, riendo al son de una chacarera o un candombe.

Robándole la idea al talentoso Panconi, lo cierto es que hay vida después de los cantautores cubanos y españoles que suenan desde hace años en los oídos progres siniestros libertarios populares o revolucionarios. Estos 4 artistas son mucho más que guitarras calientes vibrando sueños, tramando historias de amor, dolores viejos, infancias lejanas, viajes y olores venerables. Son oficiantes de la ceremonia más antigua, pero la más golpeada por la modernidad capitalista: el encuentro de las emociones, la musica y la palabra en sublime comunión entre todos los participantes de un encuentro pequeño, enorme, donde se detuvo el tiempo y el espacio, y todos fuimos inmortales por un rato.

Es necesario que esto se repita como los recitales de Roger Waters.
Más todavía.

Daniel Mancuso

jueves, 8 de septiembre de 2011

Kid ZURDO

Sí señor, tengo entre mis orgullos el de haber sido presidente de la Asociación Boxística de Villa Atuel. ¡Qué tiempos! Ahí en la sede del club, donde estaba también el cine al aire libre, se armaba el ring y ustedes no creerían la cantidad de gente que había en el pueblo en ese entonces y menos todavía la cantidad que se acercaba a ver las maratónicas jornadas pugilísticas... Que se yo, será que no había casi televisión y la gente se distraía en el cine, la cancha, algún circo eventual y cosas así.
El cargo, que yo llevaba con mucho gusto, imponía la obligación de ser juez en caso de que la regional no pudiera mandarlos en número suficiente y por supuesto el compromiso de asistir a todos los eventos similares que se organizaban en forma rotativa en toda la zona del sur mendocino. Lo que sí se trataba de asegurar era que el árbitro, al menos, fuera de un lugar neutral para evitar que a causa de algún favoritismo, se armara una gresca entre las hinchadas o simpatizantes presentes, mucho más violenta y difícil de controlar que la que se debía desarrollar sobre el ring.  De todos modos eso no le garantizaba al árbitro que pudiera equivocarse, tenía que andar siempre con sumo cuidado respecto de algún potencial disconforme con sus fallos arbitrales,  dispuesto a esperarlo a la salida y cobrarse la “injusticia” en su humanidad.
Pobre tipo, porque todo se hacía casi gratis y de corazón... Había que tener pelotas, realmente para meterse a árbitro... Siempre me he preguntado que tiene en la sabiola un tipo con esa clase de vocación... El que cobra buen dinero bien, vaya y pase, pero el que no... Bueno pero eran otros tiempos. La gente era más sana... se apostaba claro, pero no sé ¿Habría menos malicia, menos drama?… Aunque por ahí exagero, me acabo de acordar cuando un referí de San Rafael nos bombeó asquerosamente contra Pedal Club y al término del partido habían colgado una horca del aguaribay que estaba en el portón de la cancha… La policía tuvo que trabajar lindo para impedir la intención de la hinchada local
Pero volviendo a lo que te contaba, una vez  tuve que completar la terna del jurado y viví una de las noches más divertidas que recuerdo...
Resulta que peleaba en semifondo uno de Real del Padre con el crédito local: el Kid Zurdo, que no era otro que el Turco H. Si, si el del almacén... Yo estaba sentado justo bajo el rincón del Kid Zurdo y vi en detalle -además de la paliza que se iba comiendo en las primeras vueltas- los gestos y los diálogos entre el Kid y su entrenador. Creo que por el quinto o sexto round nuestro crédito se derrumbó en el banquito y entre quejidos y resoplidos le suplicó a su coach que tirara la toalla...
A lo que el entrenador le contestó:
- Dejate de joder, que ya está cansado. No ves que no salta como al principio y ya no saca tantos golpes... Dale, dale que él hizo el gasto y está cansado…
Y el Turco, escupiendo el imposible protector y manoteando aire desesperadamente le retruca:
- Si... pero yo... estoy cansao... de recibir... que es peor... ¡¡Huevón!! 
Tuvimos que declarar EMPATE, porque cuando sonó la campana el entrenador lo empujó al Kid Zurdo hacia el centro del cuadrilátero y éste con el envión y las manos adelante, creo que para cuidarse del nuevo e inminente castigo, le embocó la única mano de la noche a su rival que al parecer portaba la famosa “mandíbula de cristal” y que cayó redondo…
Redondamente sobre él y acompañándolo en la caída, fue a dar nuestro crédito desfalleciente.
El público era un llanterío de risa…

viernes, 26 de agosto de 2011

ESCABECHE

El que habla y cuenta es el Negro Videla, casi una institución en Villa Atuel, cultor de la memoria oral y dueño de una verba florida y un estilo gracioso y delicado…

“Salimos una vez a cazar vizcachas, cuando ya habían empezado a ralear de la zona. Íbamos con el Pituso y el Poroto en la camioneta del Gringo… El Gringo hacía poco que había llegado al pueblo y nunca había salido de cacería, fue el que insistió y ofreció su vehículo cuando casi se suspende la cosa porque el Pituso no disponía del suyo.
El entusiasmo del novato hizo que al principio disimuláramos el deplorable estado de su camioneta pero el comportamiento de la misma hizo que olvidáramos rápidamente la cortesía. El motor metía mucho más ruido del recomendable para una cacería nocturna, casi no tenía frenos... una vez que enfocabas con la luz los animalitos tenías que tirar en movimiento o esperar que se detuviera mucho mas adelante en un ángulo desfavorable... El otro problemita era la falta de reacción de la chata que imposibilitaba una persecución exitosa y amenazaba con caerse a pedazos por los consabidos pozos que tiene todo campo que se precie de contener vizcachas.
El Gringo -como  buen primerizo- manejaba siguiendo nuestra indicaciones y se limitaba a eso, a conducir. Los tiradores íbamos parados en la caja y usando el techo de la cabina como eventual apoyo para apuntar. Apuntar y errar, errar sistemáticamente. 
El Pituso, ya podrido de no darle a nada pidió el volante y lo vituperó fieramente al Gringo por el deplorable estado mecánico del móvil. Y ahí, cuando los demás ya nos resignábamos, el Gringo sin decir nada se dispuso a vivir su bautismo de fuego.  Peló su escopeta doble caño y al primer tiro le dio caza a la magra cena de esa noche...
Sobre que las vizcachas ya eran modestas de tamaño, a las únicas dos que le atizamos, fue con las perdigonadas del Gringo y por supuesto, de carne comestible no quedó casi nada.
El Poroto que es el “Chef” oficial de este tipo de campaña se había ido preparado con sendas bolsas de zanahoria, su proyectado escabeche degeneró en un guiso anaranjado con algún dejo de grasa del simpático roedor...
Tuvimos que dormir con los ojos abiertos para gastar algo de vista.”

jueves, 18 de agosto de 2011

Un PORTEÑITO

No se trata del tango de Villoldo con el artículo cambiado. Tampoco pretende ser una mirada sobre las características del gentilicio, aunque alguna vez habrá que ensayar su defensa, dada la tirria generalizada de que es acreedor en todo el país, el argentino que ha nacido en la capital. Vaya esta pequeña reseña sobre uno de ellos que es uno de tantos y uno de nosotros, como para contribuir a una mirada más certera, menos antojadiza y manipulada… puesto que la descalificación de los connacionales siempre resulta funcional a la receta que le dio tan buenos resultados a los británicos y su voracidad: divide y reinarás, o como mejor lo señala Hernández, si entre hermanos se pelean los devoran los de afuera.
Digamos que se llama Juan –porque hay que cuidarlo- y que tiene un apellido digno de un arquero de Boca o Rosario Central (que portar uno de esos cacofónicos y dilatados apellidos italianos favorece la habilidad de atajar pelotas, es una teoría que este cronista ha oído al Negro Giménez y leído a escritores de fuste como Juan Sasturain entre otros). Agreguemos que tiene unos 23 años de edad, que estudia en la Facultad de Sociales de la UBA y que además labura vendiendo licores al por mayor.
Como quien se esfuerza por progresar, valora que existan las condiciones generales para intentarlo. Hasta hace poco se imaginaba negreado de por vida por alguna de esas grandes y maravillosas empresas de servicios que florecieron en los ’90 (misma que le explotó sendos años de su adolescencia); reniega con el trosquerío que abunda entre los estudiantes pero trata de no engancharse en discusiones esteriles…
Le bullen en la sangre, el espíritu aventurero de sus antepasados y la capacidad criolla de inventar adaptando y viceversa, de arreglarse con lo que hay. Lo que hay… Lo que hay ahora, según lo percibe y manifiesta -y que lo diferencia del modelo tan difundido en el mundo y también en estas tierras, objeto de exportación de la individualista y utilitaria cultura sajona del “self made man”- es la oportunidad de que se cristalice un espíritu de cuerpo que le gusta llamar “La Argentina” donde el conjunto sea superior a la suma de las partes… y para eso las partes deben ser activas… va “defendiendo su tesis” mientras la enuncia.
Ha deslizado un rato antes que se le cruzó la idea de influir a los chinos de la ciudad para que voten a Cristina en las primarias de Agosto y luego en Octubre. Lo toman en joda así que argumenta: en el país viven más 60.000 inmigrantes chinos, tienen más de 5.000 supermercados, tengo gran parte de los supermercados de la ciudad de Buenos Aires en mi cartera de clientes, el 38 por ciento de los chinos de acá tiene entre 21 y 30 años… Lo siguen tomando en joda o ni lo escuchan así que desafía a que lo acompañen….

Un chino huye cuando lo ve llegar -porque me debe como seis mil mangos, dice- así que la primera discusión será sobre el cobro de ese dinero. Los chinos, ya se sabe, no son al cuete una de las culturas más antiguas del planeta… regatean, niegan, esquivan… que no hay plata, que el mes que viene… Juan reacciona:
-¿Cómo mes que viene si ya me venís pateando hace veinte días?
- Mes que viene –insiste el chino que prescinde de los nexos gramaticales y esa sustracción hace más duro y distante su gesto…
-Nada de mes que viene, me pagás ahora. Ahora ¿entendés? Dame lo que tengas…
-No. Poquito, poquito…
-Dejá de joder y pagame que no te traigo mas mercadería…
El encargado del supermercado tiene la mala idea de repetir que no le va a pagar y golpea con la palma de su mano en el mostrador de la caja. Nuestro porteñito redobla la apuesta golpeando más fuerte y se inclina pronunciadamente hacia la dura faz –por no decir caradura- del chino. Después de sucesivos golpes y plazos que se regatean, acuerdan ambos que mañana estará el dinero.
Ante el estupor de sus compañeros, Juan dice:
-Ahora te quiero hablar de otro tema…
Y les expone a los chinos que lo atienden -porque prácticamente los obliga- las boletas de las elecciones. Los consulta sobre documentos habilitantes, los asesora sobre fechas y candidatos truchos etc. etc. Uno de los trabajadores que se ha arrimado a la exposición balbucea un “Presidenta mala… presidenta no vota” Y así como antes fue por el dinero, ahora es por la causa -les explica después a los compañeros que no saben si cargarlo o felicitarlo o denunciarlo- y se larga a discutir con el énfasis que sea necesario sobre porque corresponde “Si a la presidenta” y a lo chino des-articula un “Presidenta buena” y consigue que la mayoría asienta y alguno hasta lo repita. El ambiente se distiende, da la sensación que ha conseguido caer simpático … pareciera que a pesar de lo ríspido de las transacciones comerciales emerge el afecto como vinculo o al menos como parte de él.
De eso se jacta Juan y de haber aportado lo que puede desde su hacer diario, mientras acomoda la carpeta con las listas de licores y las boletas del Frente Para La Victoria en uno de sus folios y sale rodeado de futuro en este presente que contribuye a fortalecer.

viernes, 15 de julio de 2011

Elogio del EQUIPO "CHICO"

Los últimos acontecimientos en el mundo del futbol son una tentación para largarse a opinar, en la que –previsiblemente- nos vamos a dejar caer. Nos alienta a ello la superproducción de opinólogos que (encima) cobran para decir lo que cualquier argentino medio sabe, y que en su gran mayoría, hablan siguiendo los lineamientos del “negocio” del futbol, olvidando la cada vez mas olvidada porción de “juego” que se conserva del mismo, si es que se conserva.

Digresión al absurdo… [Es preciso, para abordar la temática futbolera soslayar -entre otros tantos disparates-  el tan insultante de que sus astros “ganen” fortunas descomunales por el hecho de que correr tras la pelota (entre otros deporespectácunegocios) se volvió una mina de oro para el desatinado mundo en el que giramos, y una manera de blanquear las miserables tripas del Sistema extractivo que tuvimos la deferencia de colocarle encima  (Pienso por ejemplo en la aseguradora AIG ¡gran cagadora gran! esponsoreando entre otras, la camiseta del Manchester United, pero bueh entre piratas se entienden)…  Por otra parte una abstracción similar es necesaria para encarar todos los días la rutina de vivir en una civilización que consiguió pisar la luna entre otras proezas pero no ha podido, porque no ha querido, terminar con el pequeño problema del hambre planetario.]

Pero bue’ la vida continua y el escrito también. Si todavía le quedan ganas de leer, lector/lectora, me meto de lleno en el elogio: ¡Aguanten Belgrano de Córdoba! ¡¡¡Y San Martín de San Juan!!!  

El deporte del divino balón es otra muestra más del desigual desarrollo de nuestro país. La colonización interna –irradiada desde Buenos Aires, tal las vías del ferrocarril- generó y genera una hinchada nacional y mayoritaria para los clubes porteños… (Los de Avellaneda son igualmente porteños, aunque no sean “capitalinos”) y en menor medida y más “regional” para los equipos grandes de Rosario, Santa Fé y Córdoba.
Los “grandes” surgen lógicamente en las zonas de mayor concentración demográfica y desarrollo socioeconómico, entonces es natural que congreguen: mayores recursos, mayor infraestructura y mayor cantidad de hinchas. Forjaron su “grandeza” con los laureles deportivos que supieron conseguir, y la contagiaron hacia el interior gracias a la “manija” mediática que desde el aparato difusor de la centralidad capitalina, se le dio a esos triunfos, propiciando entusiasmo e identificación a distancia (Los socios son vecinos del barrio y la ciudad, en tanto los hinchas se reparten por todo el territorio nacional).

La grandeza proviene de la concentración, la pequeñez de la dispersión… A base de esfuerzos mancomunados las provincias y regiones más distantes del centro (alejadas de la mano y las oficinas del Señor) suelen lograr que sus equipos (chicos) se hagan un lugarcito en las categorías superiores… (Se produce aquí la curiosidad de las  “filiaciones” múltiples. Los hinchas se encuentran con que el club de su lugar -donde se manifiestan identidad y pertenencia- se enfrenta con el de sus amores -que lo identifica poco y nada, y en el que la pertenencia se rastrea pero a nivel Nación-. Al segundo no quieren renunciar pues saben que el primero tiene los días contados en las cumbres donde se aventuró…)

Digresión a la infancia… [En mi niñez pueblerina tenía como ídolo al “Patota” Potente –un temperamental número 10 de Boca- que gracias a la revista Goles, se lucía en un magnífico  poster pegado en la pared de mi habitación. El “Patota” aparecía también en las figuritas, igual que el resto de la formación de Boca Juniors y los demás clubes de primera de la época… En cambio el “Mono” Montaña que era el 10 que me hacía delirar en la cancha, porque la rompía en el Club Atlético Villa Atuel, no salía ni en la Goles ni en las figuritas... Esto establecía de entrada nuestro lugar en las jerarquías: pueblo chico y equipo chico, ergo: escases de recursos, de infraestructura, de hinchas, de cobertura mediática, etc. y todo así, menos en el gusto y en la idea del juego, claro…]

Pero dejemos la infancia y volvamos a los “chicos”. Ante el fracaso en las contiendas deportivas, suele marcarse como causa responsable la “mentalidad de equipo chico” y con esto se pretende señalar –supongo- entre otras ausencias, la de atributos como hambre de gloria, suerte de campeón, jerarquía institucional, seriedad dirigencial etc.  Un compendio de slogans que profetas, analistas, visionarios, esclarecidos y demás cultores de la charlatanería sostienen mientras prefieren (y ayudan a) olvidar que el juego es básicamente eventualidad y puro acontecimiento… Allí es donde las habilidades individuales y colectivas se desarrollan y nutren… Las estrategias y tácticas se plasman en la medida en que primero se comprende eso. Se comprende y se celebra, que para eso es (era) un juego.

Vistos los sucesos recientes donde, compitiendo con el juego, repito, con el juego, no con la infraestructura ni los recursos ni los pergaminos (que obviamente influyen y pesan, pero que en lo que al juego atañe específicamente, son tan de palo como los de afuera, parafraseando a don Obdulio Varela), ganaron los “chicos”, los que amamos el fulbo esperamos que se aprecie este aire fresco que aportaron desde abajo y lejos. Y además que continúe… mientras no descartamos que -mediáticamente hablando- tal vez no pase de alguna frase tipo: “hay chicos con mentalidad de equipo grande” u otra baratura por el estilo…

Mientras la sobreproducción de slogans variopintos, triunfalistas y apocalípticos, crece y crece, la cantidad/calidad del juego tienden a desaparecer.  Es que desde hace tiempo, en la primera categoría del país, el juego que se observa es generalmente amarrete, cuando no directamente miserable… Tal vez las pretensiones y las tensiones, y las metas obligatorias y los partidos ganados a priori, mas algún desmanejo técnico-dirigencial, y las yerbas que se le quieran agregar, han generado una mentalidad de “equipo grande amenazado”, en tanto que por su parte -al parecer- a los “chicos” no les ha venido nada mal asumirse con ese mote. ¿Qué quiere decir esto? En primer lugar que como son “chicos” hacen equipo, conjunto, grupo unido en la voluntad de alcanzar un objetivo y no es que no haya talento, al contrario ahí aparece la figura del mítico enganche -que los charlatanes de marras dan por extinto- y los del medio son eso: mediocampistas, no “carrileros y tapones” y los que defienden también juegan porque eso es más viejo que Tutankamon, y los delanteros la meten y chau ciencia
Lo que sí marca una diferencia es la solidaridad, evidenciada en la puesta en práctica del significado de la palabra “equipo”, y en la idea que se tiene del juego.
¿Será que ser solidario es un plus para la mentalidad?
Aunque generalizar no es recomendable, es un secreto a voces que en la categoría más alta, eso de lo solidario está muy menguado pues importa más  “salvarse” y para ello el lucimiento personal está antes del objetivo común… Claro que dicho lucimiento, es alentado por las dirigencias (que esperan sus buenos dividendos), y por todos los que están en la transacción: representantes, periodistas, intermediarios, socios del pase y un largo etcétera. De este modo conspira el negocio contra el juego... Contra la solidaridad, no olvidarse hace años que se viene conspirando.

Dirán que soy idealista y/o se me objetará  el entusiasmo, argumentando quizá que debido al achatamiento del mercado y la baja en la demanda internacional, hay mayor oferta interna y consecuentemente, mayor calidad de jugadores disponibles a un precio menor, lo que beneficia a las categorías más humildes y las hace competitivas… (Se sabe que los charlatanes reducen todo a variables de mercado, y esto del agruparse en el esfuerzo solidario  se lo pasan por el forro)
Puede ser, pero yo prefiero quedarme con la idea  -acaso una ilusión a favor del juego y de los “chicos”- que como lo ha dicho ya un tal Rodriguez: el tiempo está a favor de los pequeños…



Hugo Fernandez Panconi  Buenos Aires, 05/07/2011

miércoles, 11 de mayo de 2011

El "affaire" Vargas Llosa

ENTRE LIBROS Y MUCHEDUMBRES hay que comenzar diciendo que la feria del libro es eso: una feria, un evento que surge como espacio de intercambio o trueque en los tiempos anteriores a la moneda y deviene de comercialización con la aparición del dinero. Que el libro sea un objeto que carga con un halo sagrado –bien ganado por otra parte- dado que es el instrumento que vehiculiza la acumulación de la capacidad de experiencia y delirio de los humanos, implica la contradicción –cada vez menos obvia o mas licuada- de conjugar esos dos términos: el comercio y lo sagrado.
No seré yo quien se queje de la desacralización, al contrario, milito esa acción, pero me parece útil señalar el capital simbólico que el objeto libro detenta y como es usufructuado por el mercado. Se dice Feria del Libro y se da por sobrentendido que se expresa un hecho cultural (en la acepción formativa/educativa/artística del término), que lo es, pero en segunda o tercer instancia, la primera es la del comercio y si se trata de vender se atienden las demandas existentes –sean “naturales” o “artificiales”- siguiendo los procedimientos comunes a cualquier otro tipo de producto, con la misma ambición que cualquier otra industria, y dentro de ella, como se desenvuelven las distintas empresas, en este caso las editoriales. (Recuerdo haber leído que un directivo de la Editorial Gallimard expresó que en los tiempos actuales no cometerían el “error” de <editar a> Proust; también un reportaje a Grijalbo donde indicaba orgulloso las ganancias que a la editorial les reportaba la sección autoayuda).
Desde este punto de vista es inobjetable la conveniencia de inaugurar la dichosa feria con las palabras del actual premio nobel de literatura. Que el escritor en cuestión –y cuestionado- se hubiera expresado anteriormente en forma descalificadora respecto al actual gobierno nacional, y también sin ninguna delicadeza al conjunto de los argentinos, culpables según su opinión de elegir la pobreza y otra serie de disparates que aburriría consignar aquí, es algo de lo que tal vez los organizadores feriantes se hayan desayunado a partir del cuestionamiento, y por extensión, no sería raro que muchos de ellos se hayan enterado recién ahí de la existencia de un tal Horacio González, a la sazón, director de la Biblioteca Nacional.
¿Esto los disculpa? Tal vez esa no es la pregunta. Quizá no haya nada que disculpar, se organiza un evento para asegurar su éxito comercial, lo demás… es “literatura”. En esa instancia lo más probable es que hayan especulado sobre si tal situación era conveniente a sus fines o no.

El CUESTIONAMIENTO, por parte del citado director de la Biblioteca Nacional, que se cansó de aclarar en cuanto espacio tuvo que nunca intentó vetar a Vargas, generó un debate zigzagueante entre lo literario, lo social, lo ideológico y lo político… Es bienvenido claro, y en la misma bienvenida quizá se lo sobredimensiona o se sobredimensionan sus componentes…
A esta altura es indisimulable que González mete la pata. Acostumbrado al ámbito intelectual, a ir por la libre, aunque en su caso siempre comprometido, se olvida en la “legitimidad” de su reclamo, que integra la administración del gobierno y por ende su análisis debe superar el dolor que la “traición” de Vargas Llosa le provoca, el complejo de admirar su escritura…
En última instancia de eso se trata todo este affaire: de cómo se asumen los intelectuales en esa especie que ellos mismos alimentan y parece interesarle tan poco a la gente del común: el rol del intelectual en la sociedad. Como si este fuera una suerte de iluminado, un faro, una guía y no simplemente, un privilegiado más entre tanto desfavorecido. En todo caso su opinión -la del intelectual- por señera y sesuda que resulte no puede ser valorada por sobre el interés del colectivo, porque siempre será un producto de una visión individual o, en el mejor de los casos, de un conjunto de individualidades. Y es sabido que un montón no constituye un conjunto. Demandarle organicidad, o al menos coherencia con una pertenencia más amplia que la de los claustros y los libros –con el proyecto nacional por ejemplo-, o debatir sobre el lugar que ocupa el saber en las representaciones sociales de la sociedad que integramos, es algo que nos debemos y a lo que intelectuales como Arturo Jauretche o Haroldo Conti, por nombrar algunos aportaron (y aportan) desde su obra y su accionar social concreto.
Pero volvamos a González, la gran mayoría de los escritores/intelectuales que lo acusan como los que lo defienden, soslayan cuando no omiten directamente, su “yerro” de base, el auto-olvido de la pertenencia y su representatividad que trasciende lo intelectual... Los que hablan de censura, le pegan -a González- sobre un talón de Aquiles que comparten “el peruano es un premio Nobel” (el Nobel, otro gesto de coloniaje entre nosotros), los que lo defienden –para atacar a Vargas Llosa- llegan hasta a disculpar a Borges, que es gorila y reaccionario pero nuestro y además era un genio… Argumento que seguido deriva en que el derecho que cualquiera tiene a insultar al pueblo argentino, es directamente proporcional a la admiración que cause en nuestro mundillo intelectual. (Un párrafo aparte merece el director de la carrera de letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, profesor Américo Cristófalo, que para denostar el modo de vida acomodado del peruano, en el programa de tv 6-7-8, referenció un escritor argentino que viviendo como un mendigo en Nueva York, escribió una novela con la mano izquierda –presumo que siendo diestro- como para ennoblecer la dificultad y el heroísmo que supuestamente conlleva. Dan ganas de citar a Alfonsín… “Un medico aquí”)

EL ROL ATRÁS de Vargas fue patentizado por cadena nacional. Bastó que se viera levemente rodeado en su torre, que el ágora se le poblara un poco, que la hábil Hebe de Bonaffini le arrimara una carta y le solicitara su firma a favor de la inclusión de algunas señales de tv en los sistemas de cable de la corporación del miedo, facilitándole así una acción concreta en contra de la censura, para que el Nobel de Literatura –entre discursos y reportajes- no dejara trasuntar ni una pizca del desprecio con el que se venía expresando, evidenciara toda su ignorancia respecto a la historia y la realidad argentina, y cosechara el mejor aplauso al nombrar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Debe haber sentido algo de vértigo. Enunciar bravatas en conferencias, redacciones o sets de televisión es una cosa, rozar la multitud, sospechar el tumulto que discurre y se organiza es muy otra… y, aunque es una fija que Vargas no encontrará salud en el silencio, y seguirá declarando entre las hilachas de su ideología como vocero de un sistema que de tan dañino resulta inimputable, ha recobrado para nosotros una vieja enseñanza: “No hay que pagar por el perro más de lo que el perro vale”.


lunes, 9 de mayo de 2011

Mendoza DE NUEVA

El Jueves 12 de mayo, se viene Mendoza de Nueva... Nuevas canciones de la misma tierra renovada... Tres propuestas que engloban las voces de muchos nuevos creadores mendocinos, una oportunidad única para absorber algo de la expresión cultural mendocina en pleno Palermo, como para que si después viajan a la tierra del sol y del buen vino, ya lleven sembrado el dato que permite disfrutarlos de verdad... al sol, al vino y a la amistad.
Invitado especial POCHO SOSA

martes, 3 de mayo de 2011

Columna onlain

El diario On Line mendocino: MENDOZA TE CUENTA, tiene la deferencia de publicar una columna que se actualiza los domingos con algunas cosas que escribo y que venía publicando en esta bitácora. Adjunto el enlace:  Mendoza te cuenta 

Abril Cultural Salteño

Panconi en trío en el Abril Cultural

Nos fuimos pal Norte... que maravilla carajo!!!!!