Este proyecto neoliberal recargado, supera el del Menemato. Ofuscarse
por la injusticia generalizada, la demostración de maldades gratuitas y
canallescas, no debe desviarnos del verdadero objetivo del mismo: la
exclusión social.
El ajuste no es un error de aplicación o de carga
como acostumbra a excusarse el Impresidente, y hasta le recrimina -más
para los medios, que para la sociedad- la infame Carrió.
Este despiadado desvío de recursos y privilegios hacia los garcas de siempre,
es parte de los preparativos necesarios para la aplicación de la receta
de los yanquis de mierda (con su embajada de mierda y su timba
financiera de mierda y buitres y todo lo que producen para enmierdar el
mundo); el supuesto shock de inversiones, que no dejan de invocar en el
maravilloso mundo de los Ceos, al margen de que sería un milagro que
fuera destinado realmente para obras de infraestructura o para el
interés público, es posible -es decir factible para los que largarían la
tarasca- sólo con un gran porcentaje de la población caida del sistema.
Es el presupuesto imprescindible. Venganza si, pero antes
premeditación... y siempre... alevosía.
A quién o qué votaron los ya caídos y los por caer, ya es anécdota.
La historia reincide en el trazo grueso de la infamia, así que se
supone que correrán buenos tiempos para ser capaces de honor y
solidaridad. Aunque no alcance para pagar la luz y el gas...
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