jueves, 27 de abril de 2017

Aspectos de la CULTURA NACIONAL y POPULAR en tiempos del GRAN MACRINAL



Quienes estamos abocados desde diversas áreas expresivas a lo que se llama comúnmente arte popular y tenemos cierto recorrido y experiencia en el trabajo y la interacción colectiva, tanto en la producción de contenidos como en el compartir grupal y festivo de esas expresiones, no podemos menos que ver con desasosiego las políticas que en el área de la cultura en general, y la popular en particular, viene perpetrando, casi impunemente, el gobierno del ingeniero Macri. 

Desde el Frente Cultural Arte Militante tenemos siempre muy en cuenta que popular no es necesariamente masivo, y que cultura popular no sólo tiene que ver con lo que el pueblo consume en términos de bienes y símbolos culturales, sino además y antes que nada, con lo que el pueblo es capaz de producir. Por ello este retroceso en el recupero de componentes identitarios, siempre marginados o negados por la cultura oficial: pura, blanca y occidental que, con la gestión de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, habían vuelto a emerger con y por derecho propio, ampliando los derechos culturales de todos los habitantes del territorio nacional, debe ser señalado con claridad y vehemencia. 

Claro que hay, además muchos otros aspectos favorables que se produjeron en las gestiones mencionadas: la mayor oferta cultural, la mayor accesibilidad para más sectores sociales etc. Pero, sin duda lo más importante es que se comenzó a tratar lo cultural no sólo como el arte-cultura del que gozan y en el que se identifican siempre las élites vernáculas, sino como algo que demanda una política de estado, porque en ello se encuentran y resuelven múltiples afluentes y factores que hacen a nuestra cosmovisión e identidad como pueblo.

Frente a esta otra claudicación vergonzosa de lo propio ante los intereses de un mercado  internacional globalizado, homogeneizado y homogeneizante, que sólo particulariza y desarrolla en tanto halla potencial de mercancía, denunciamos y repudiamos esta nueva edición del cíclico intento de "volver a ser parte del mundo" a cambio de renunciar a ser nosotros.

Esto que resulta indignante para el espacio nacional y popular, es en cambio, absolutamente coherente para los funcionarios de la actual gestión de gobierno, ya que se corresponde con el resto de sus políticas y con la ideología que de ellas se desprende. 
La explica con desenfado un insólito integrante del inefable gabinete de Cambiemos en sendos videos que circulan por las redes sociales. Según el filofilósofo Alejandro Rozitchner, los valores del PRO, son la Cercanía, la Positividad y el Futuro El sujeto político ya no es el pueblo sino el individuo dice. Esto, desde el punto de vista de las expresiones artísticas, niega -porque lo desconoce- como es el proceso de acumulación que se genera previo a la creación de los hitos culturales que identifican a los pueblos. Por ejemplo: no es posible identificar un autor/inventor de esos modos de bailar, de cantar y de ejecutar la guitarra que caracterizan al flamenco y sin embargo, o por eso mismo, es la expresión que identifica y representa al pueblo gitano español Dichos modos se nutrieron durante largos años del aporte de miles de anónimos, antes de que la forma emergiera definiendo y definiéndose en la pertenencia. (Y mucho antes de que el mercado la reconociera como tal). Incluso con nuestro tango, que tiene más identificados a sus autores pioneros, es imposible atribuirle, a uno o varios individuos, la invención de sus características, porque éstas, claramente, emanaron de un colectivo popular con particularidades determinantes y en un tiempo determinado.

Pero el pueblo para el PRO es una abstracción. Luego, sólo producen los individuos. El individuo parece ser tanto destinatario como generador de la positividad de la existencia. Sencillamente, porque sería más fácil convencerlo de que la vida vale la pena. Obvio. La pena que ahora no tiene el pueblo, que aunque no existe, seria sindicado como el responsable de la producción de tristezas y angustias, aparentemente no contempladas ni admitidas en los valores pilares del gobierno de los CEOS.
No hay que preocuparse entonces de la fuente inagotable de versos, cantos, dramas, novelas etc. que identifican a pueblos y naciones, que ya no corporizarán sus pasiones, dramas y alegrías. Entonces, toda instancia institucional, incluida por supuesto la Nación, devendrá una mera entidad aglutinadora de impulsos personales, puesto que solo hay individuos dichosos de vivir, con la libertad de agruparse como les plazca o convenga, y con el deseo proyectado hacia adelante
Adelante, obvio, queda el Futuro. Y el Futuro, todo el mundo lo sabe, es lo que mejor se puede publicitar. Nada tiene mejor prensa que el Futuro en estos días de globos amarillos que se desinflan por todos los rincones. El Presente está en coma cuatro, pero el Futuro ¡ah! ese sí está lindo y goza de buena salud. Ni hablar del Pasado que, como le gusta decir al mismo filo-filósofo es un lugar lleno de muertos. Si cupiera polemizar con tamaño pensador, se podría añadir que el Futuro también está lleno de muertos”… pero bue, no cabe.

Toda esta batería publicitaria, que en el fondo, no es más que un alarde conceptualístico y un burdo intento de resignificación del pensamiento conservador y antinacional, empeñado siempre en la negación de la historia y en apelar a consignas modernizantes para fomentar la dependencia, se vuelve sentido social en las capas más privilegiadas de la sociedad argentina. Son los que están del otro lado de la grieta y los responsables, históricamente, de la existencia de la misma. Para que no hubiera grieta tendríamos que ser un pueblo sumiso, al punto de la semi-esclavitud. Entre ellos, cualquier modificación en el reparto de recursos, que intente favorecer el ascenso social de las capas humildes, es un ataque a la Republica y ahora también, paradójicamente a la Democracia. Diagnóstico que ya heredamos de Don Arturo Jauretche, pero al que todavía no hemos atendido como corresponde.

Por lo tanto y por ridículo que parezca, Rozitchner no habla al pedo. Le habla al núcleo duro de Cambiemos y, siendo un productor de los Cantos de Sirena, que sirvieron para destruir tantos avances y sueños del campo popular, habla también para sus reproductores multiplicadores, que replican el mensaje desde una profunda alienación e inconsciencia de clase no todo difusor de los valores del PRO, está comprometido con los mismos contribuyendo a la disgregación tanto del Pueblo como de la Nación.
Claramente este gobierno milita la dependencia. Toda soberanía es ajena podría ser un lema de campaña para estos buenos muchachos. Los argentinos PRO le sonríen al amo y lucen con orgullo su collar de perro. Olvidados o ignorantes de aquel sentido refrán jauretcheano que recomendaba  dejar de ser perro y no sólo cambiar de collar.
Por eso no debe extrañar que, tanto algunas fiestas tradicionales como diversas expresiones de la Cultura Nacional de la más pura estirpe criolla desplieguen lujosamente sus ornamentos, y convoquen desde una gran parafernalia mediática a consumir una simbología vacía y viciada de productos de feria, tal cual lo plantean los actuales gestores de la cultura. No importa cuál es el contenido sino que sea consumido por muchos.

No obstante, como enunciamos desde el comienzo, nosotros estamos de este lado de la grieta y no alcanzamos a imaginar cómo se las ingeniarán esos individuos con los que a diario tratamos en: centros culturales barriales, talleres de teatro comunitario, centros de jubilados, bibliotecas populares, centros de murga, o murguitas de plaza y baldío, y un largo etcétera, para intentar empatizar con la visión o el cambio cultural del actual gobierno. Los viejos, por ejemplo como producirán sus relatos y versos originales, prescindiendo del pasado ¿O será que hay un rango permitido de aceptación de pasado según el propio individuo? ¿Cómo harán las murgas para cantarle loas al éxito y la realización personales, sin que suene despiadadamente a sátira? Las bibliotecas ¿ofrecerán solo libros de auto ayuda? ¿Habrá ahí disponible alguno de Alejandro Rozitchner?

Más allá del humor como recurso, para que lo dañino nos duela menos, esta nota quiere ser una voz más en el clamor popular. Ante la negación de la historia, de lo comunitario y colectivo, de los derechos históricos, los recientemente adquiridos y los que faltan conquistar; nosotros contestaremos con más conciencia histórica, con más organización popular, con más demandas a la sociedad en general y al estado en particular, por los derechos de todos los habitantes de la Patria, hasta que esta nos contenga a todas y a todos. 

Cae la tarde de abril en la placita María Elena Walsh de Villa Liniers, en Tigre. Los pibes juegan un fulbito y se va juntando la murga para ensayar Uno de los chicos champurrea una frase en la trompeta si la pelota le pasa cerca, se prende corriéndola de atrás, con la trompeta en la mano

Hugo Fernández Panconi
FRENTE CULTURAL ARTE MILITANTE
PERONISMO MILITANTE

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